Sigue estos consejos para una vida saludable

Estar sano es algo tan sencillo y tan complejo a la vez como alcanzar el equilibrio físico, mental y social. No se trata tan solo de mantener un historial médico libre de enfermedades sino de un estado de bienestar, que sólo es posible respetando los pilares de la llamada «vida saludable». Estos son:

  • Llevar una alimentación variada y equilibrada
  • Mantener la forma física
  • No fumar
  • Evitar el exceso de alcohol (así como tóxicos)
  • Alcanzar relaciones sociales satisfactorias.

A continuación hacemos especial énfasis en cuatro de estos hábitos:

4 hábitos para llevar una vida  saludable

1. Haz deporte regularmente 

O al menos una vida más dinámica donde incluyamos algo de ejercicio físico. Las estadísticas son suficientemente preocupantes: según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sedentarismo es la cuarta causa de defunción (6% del total de muertes), superada por la hipertensión arterial (13%), el tabaco (9%) o los niveles elevados de azúcar en sangre (6%).

De hecho, la falta de actividad física ha sido directamente relacionada con el 21-25% de los tumores de mama y los colorrectales; el 27% de los casos de diabetes y el 30% de cardiopatía isquémica.

Y es que la prescripción de ejercicio físico está indicada incluso en pacientes con patologías importantes (cáncer, artritis, etc.) o limitaciones físicas (amputaciones, discapacidades, etc.). Eso sí, siempre contando con una valoración médico-deportiva, que ayuda a determinar qué tipo de deporte es el más conveniente para nuestra condición física.

Los beneficios de una vida activa van más allá de la salud. Por supuesto que mejoraremos la aptitud cardio-respiratoria y reduciremos la mayoría de los factores de riesgo asociados a enfermedades cardiovasculares, pero también notaremos rápidamente una reducción del peso corporal (principalmente a expensas del porcentaje de grasa); y de regalo, el deporte aumentará nuestras endorfinas, favoreciendo el equilibro psicológico, la maduración afectiva, la socialización y la integración.

 

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2. Cuida tu despensa y sigue una alimentación sana

Recuperamos aquí el famoso dicho popular “somos lo que comemos”. Los alimentos que forman parte de nuestra lista de la compra son la principal estrategia para cuidar de nuestro organismo.

Aunque no sólo vale lo que comemos sino también cómo lo comemos: las formas de cocción, el estrés o los excesos desempeñan un papel relevante en nuestra salud. Asimismo, cabe recordar que la alimentación equilibrada contempla una buena hidratación.

 

3. Pon énfasis en tu hidratación

El cuerpo humano no almacena agua. De modo que, para mantener un correcto funcionamiento del organismo, debemos compensar la cantidad de líquido que perdemos cada día a través de las heces, la orina, la respiración y el sudor. Cuando nuestra ingesta de agua iguala las pérdidas nos hallamos en situación de balance hídrico. Dicha cantidad tiene que ser exactamente la misma para que el contenido de agua en los tejidos se mantenga estable.

Y, aunque no seamos del todo conscientes, cada día perdemos agua de forma constante: 700 mililitros a través de la piel y la respiración; unos 100 mililitros con las deposiciones; unos 200 mililitros por la transpiración (normal) y un litro y medio por la orina.

En resumen, esto supone una pérdida de 2.500 ml/día, que debemos reponer. No beber correctamente, sobre todo cuando se hace ejercicio, puede conducirnos a la deshidratación.

¿Y las primeras consecuencias de esta falta de líquidos? Pues una posible disminución de la sudoración (y, por consiguiente, menor termoregulación), aumento de la fatiga, de la frecuencia cardíaca e incluso, graves problemas gastrointestinales. Para más información, lee este otro artículo sobre la hidratación en el deporte.

¿Significa esto que debemos beber entre dos y tres litros de líquidos al día?

No, necesariamente. Hay que tener en cuenta que los alimentos aportan agua, sobre todo las frutas y los vegetales, en los que puede representar hasta el 90% de su peso. Una forma sencilla de saber si ingerimos suficiente líquido es controlar el color de la orina: si es oscura y de olor intenso significa que no bebemos lo bastante y si, por el contrario, presenta un color claro y el olor no es especialmente intenso, esto es señal de que nos hidratamos de forma suficiente depurando el organismo.

En definitiva, la combinación de una dieta equilibrada y la correcta hidratación constituye la mejor estrategia para nuestra salud.

 

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4. Fuera tóxicos: apuesta por productos saludables

Un último apunte: hay que beber suficientemente y mejor si lo hacemos en recipientes exentos de químicos contaminantes como el BPA. Estos pueden ser de muchos tipos distintos, pero Nalgene ha conseguido una calidad y funcionalidad únicas, adaptando cada modelo a las necesidades personales y a las diferentes actividades diarias.